Carlos Galli, La alegría siempre nueva del Evangelio y las novedades pastorales de Francisco

“Mira: Yo hago nuevas todas las cosas” (Ap 21, 5)

“Cada vez que intentamos volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio, brotan nuevos caminos, métodos creativos, otras formas de expresión, signos más elocuentes, palabras cargadas de renovado significado para el mundo actual” (EG 11).

Esquema I. LA NOVEDAD DEL PONTIFICADO DE FRANCISCO 1. La novedad de un Papa del sur del Sur 2. La novedad y el símbolo de un nombre 3. La novedad del estilo pastoral de la ternura

II. LA NOVEDAD PERMANENTE DEL EVANGELIO 4. La novedad única del Evangelio de Jesucristo 5. La novedad actual de la Misericordia de Dios 6. La perenne novedad de anunciar el Evangelio 7. La alegría de evangelizar: corazón místico de la nueva etapa

III. LA NOVEDAD DEL PUEBLO DE DIOS EN CONVERSIÓN MISIONERA 8. La novedad en la eclesiología: El Pueblo de Dios peregrino y evangelizador 9. Un nuevo paradigma: la conversión pastoral y misionera de la Iglesia 10. La novedad de continuar la reforma conciliar desde las periferias 11. La pirámide invertida: la novedad de una Iglesia más sinodal

IV. LAS NOVEDADES EN LA DIMENSIÓN SOCIAL DEL EVANGELIO 12. Una Iglesia pobre y para los pobres por la justicia 13. Una Iglesia que sirve a la cultura del encuentro y la paz 14. Una Iglesia que anima a cuidar la casa común para todos 15. Una Iglesia migrante que construye puentes solidarios

Con alegría comparto el camino hacia el Simposio Internacional de Catequética que desea discernir Interpelaciones a nuestra Catequesis, a la luz del Papa Francisco. Se me pidió presentar la novedad de la teología pastoral de Francisco para prepararnos con la reflexión, la oración, el estu
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dio y el diálogo. Ofrezco una meditación teológica sobre La alegría siempre nueva del Evangelio y las novedades pastorales de Francisco. El texto y las notas de los quince puntos, ordenados en cuatro secciones, pueden ayudar a profundizar la figura, el ministerio y el pensamiento del Papa. La novedad del primer Papa latinoamericano y argentinos se expresa en sus gestos, palabras y hechos, en especial en la exhortación programática Evangelii gaudium (EG). Este pontificado misionero y reformador hunde sus raíces tanto en la figura singular del jesuita Jorge Mario Bergoglio como en su arraigo en la Iglesia latinoamericana y el proyecto misionero de la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y El Caribe celebrada en 2007 en Aparecida (A). También, en su compenetración con la incipiente pero promisoria reflexión teológica argentina reciente. La Evangelii gaudium es un documento que recoge lo mejor de nuestra teología pastoral.1 Este ensayo sigue cuatro pasos. Señala la novedad inscripta en el mismo hecho del pontificado de Francisco (I); analiza la novedad permanente de Evangelio en la teología pastoral de Francisco (II); profundiza la nueva figura eclesial y sinodal del Pueblo de Dios en conversión misionera (III); se completa con algunas novedades de la dimensión social del Evangelio según Francisco (IV).

I. LA NOVEDAD DEL PONTIFICADO DE FRANCISCO La primera novedad de Francisco es ser Obispo de Roma traído “del fin del mundo”. La segunda es el nombre que eligió el nuevo Papa: Francisco. La tercera es la ternura como estilo pastoral.

1. La novedad de un Papa del sur del Sur 1. Vivimos un kairós singular Francisco es el primer sucesor de san Pedro que proviene de la Iglesia sureña, latinoamericana y argentina. El Espíritu Santo “sopla donde quiere” (Jn 3,8) y ha soplado como “una fuerte ráfaga de viento” (Hch 2,2). Desde 2012 empleo una imagen creada por el cardenal Walter Kasper: Sopla el Viento del Sur.2 En 2013 sopló el Viento del Espíritu de Dios desde el fin del mundo. Francisco fue elegido Papa cuando las periferias del orbe aparecieron en el corazón de la urbe. Él representa la llegada del sur latinoamericano al corazón de la Iglesia y, como mostró en la ONU y en tantos otros foros, expresa la voz del sur global en el mundo actual. 2. Con Francisco la Iglesia de América Latina completa su ingreso en la historia mundial. “Lo que haga la Iglesia de América Latina tendrá un inmenso papel en el Tercer Mundo… A la vez,… América Latina podrá incidir decisivamente en el destino de la Iglesia de Europa… América Latina y su Iglesia tienen una gran chance y creo que por nuestra Iglesia pasa de algún modo la chance de la Iglesia mundial… La chance de la renovación mundial de la Iglesia pasa por América Latina y eso nos carga con una grave responsabilidad”.3 3. La Iglesia crece en el sur. En 100 años se invirtió la composición del catolicismo. En 1910 el 70% de los bautizados católicos vivía en el norte (65 en Europa) y el 30% en el sur (24 en América Latina). En 2010 apenas el 32% vivía en el norte (24 en Europa, 8 en Norteamérica) y el 68% en los continentes del sur: 39 en América Latina, 16 en África, 12 en Asia, 1 en Oceanía. O sea, dos de cada tres. Los continentes de mayor crecimiento del catolicismo son África y Asia. Los nombramientos de nuevos Cardenales representan proporcionalmente esta nueva realidad. 4. Después de un primer milenio signado por las iglesias orientales y un segundo dirigido por la iglesia occidental se avizora un tercer milenio revitalizado por las iglesias del sur en una catolici 1 Cf. C. M. GALLI, “La teología pastoral de Aparecida, una de las raíces latinoamericanas de Evangelii gaudium”, Gregorianum 96 (2015) 25-50. 2 Cf. W. KASPER, Chiesa Cattolica, Brescia, Queriniana, 2012, 46; cf. C. M. GALLI, “En la Iglesia está soplando el Viento del Sur”, en: CELAM, Hacia una Nueva Evangelización, Bogotá, CELAM, 2012, 161-260. 3 A. METHOL FERRÉ, “Marco histórico de la Iglesia latinoamericana”, SEDOI 4 (1974) 1-12, esp. 11.
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dad intercultural, confirmada en la fe y presidida en el amor por la sede de Roma y animada por una dinámica policéntrica. La “tercera” iglesia “sureña” está en el corazón de la casa de Dios.4 En el paso al siglo XXI y con el nuevo pontificado la Iglesia católica vuelve a reconocer el protagonismo de las periferias y los “periféricos”.5 Esto profundiza la crisis del euro-centrismo eclesial y nos llama a evitar la tentación de un latinoamericano-centrismo. Con Francisco la Iglesia latinoamericana, siendo periferia, se torna un centro, sin pretender ser un centro centralizador. 5. En el sur, América Latina es la Iglesia con más historia, población e integración. Desde 1955 formó su figura regional: reúne veintidós episcopados coordinados por el Concilio Episcopal Latinoamericano – CELAM, que cumplió 60 años.6 Nuestra Iglesia es la única comunidad de iglesias a escala continental que hizo una recepción regional, colegial y creativa del Concilio Vaticano II. Este proceso comenzó en la II Conferencia de Medellín (1968), que cumplirá 50 años-; siguió, a la luz de la exhortación Evangelii nuntiandi de Pablo VI, en la III de Puebla (1979); prosiguió con la IV de Santo Domingo (1992) en el marco de la nueva evangelización propuesta por Juan Pablo II. 6. La Conferencia de Aparecida, celebrada en mayo de 2007, impulsó un movimiento misionero continental y permanente. Bergoglio presidió la Comisión de Redacción del Documento, citado 20 veces en Evangelii gaudium. Ayer Bergoglio contribuyó con Aparecida; hoy Aparecida ayuda a Francisco. El Papa toma sus grandes líneas y las relanza creativamente en su programa misionero. Encarna el “rostro latinoamericano y caribeño de nuestra Iglesia” (A 100). Con él la dinámica de la conversión misionera impulsada desde la periferia latinoamericana enriquece a la Iglesia entera.

2. Francisco: la novedad y el símbolo de un nombre 1. Nombre es misión. Nomen est omen. El primer papa jesuita eligió el nombre del Poverello tomando la recomendación del Card. Claudio Hummes y recordando una frase dicha a san Pablo: no te olvides de los pobres (Ga 2,10; EG 193-196). Ningún predecesor tomó el nombre Francisco.7 2. En su peregrinación a Asís, en 2013, el Papa recordó la unión de Francisco con Jesús, que lo convirtió en un alter Christus, y su entrega a la misión recibida al servicio de la Iglesia: repara mi casa. El Obispo de Roma expuso tres rasgos salientes de san Francisco: el amor a los pobres desde su abrazo a la Señora Pobreza; el carisma pacificador cifrado en el lema Paz y Bien; la fraternidad con todo lo creado expresada en la alabanza del Canto de las creaturas.8 El nombre “Francisco” designa la comunión con Cristo al servicio de la renovación de la Iglesia y ofrece una respuesta simbólica a tres grandes dramas de la humanidad actual: pobreza, paz, creación. 3. El Papa presenta su programa en la exhortación La alegría del Evangelio. Este documento de teología pastoral es original en su contenido y su estilo. Tiene una introducción y cinco capítulos distribuidos en 288 numerales, con 227 citas textuales de la Sagrada Escritura y 217 notas al pie. Responde al pedido de hacer un documento con los aportes del Sínodo de 2012 sobre La nueva evangelización. Se limita a pocas cuestiones, pero se extiende en ellas para “perfilar un determinado estilo evangelizador que invito a asumir en cualquier actividad que se realice” (EG 18). 4. La exhortación es programático: “No obstante, destaco que lo que trataré de expresar aquí tiene un sentido programático y consecuencias importantes. Espero que todas las comunidades procuren
4 Cf. W. BÜHLMANN, La tercera iglesia a las puertas, Madrid, Paulinas, 2ª, 1977, 157-196. 5 Cf. A. RICCARDI, Periferie. Crisi e novitá per la Chiesa, Milano, Jaca Book, 2016, 7-29. 6 L. ORTIZ, “El CELAM como servicio de comunión a las Iglesias particulares”, Medellín 162 (2015) 309-213. 7 Cf. G. GRIECO, La Chiesa ‘francescana’ di Papa Francesco, Assisi, Cittadella, 2016, 9-34. 8 Cf. FRANCISCO, “Homilía en la plaza de San Francisco”, L’Osservatore romano, 11/10/2013, 5.
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poner los medios necesarios para avanzar en el camino de la conversión pastoral y misionera, que no puede dejar las cosas como están” (EG 25). Más adelante reflexionaremos sobre esta novedad. 5. En consonancia con su ministerio, nombre y programa, en la Evangelii gaudium Francisco formula la dimensión social del Evangelio y afronta las cuestiones de los pobres (EG 186-2016) y la paz (EG 217-258) por su relación con el futuro de la humanidad (EG 185). En el último número dedicado al pueblo pobre, invita a compartir la actitud de san Francisco: “Pequeños pero fuertes en el amor de Dios, como san Francisco de Asís, todos los cristianos estamos llamados a cuidar la fragilidad del pueblo y del mundo en que vivimos” (EG 216). La encíclica Laudato si’ recoge el carisma de san Francisco (LS 10-12). Él testimonia “la armonía con Dios, con los otros, con la naturaleza y consigo mismo. En él se advierte hasta qué punto son inseparables la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz interior” (LS 10). La figura de San Francisco tiene una gran fuerza profética y una enorme potencia renovadora. Francisco, el hombre del siglo que viene (Tomás de Celano) es una figura señera para el Papa.

3. La ternura: la novedad de un estilo pastoral 1. Francisco proclama la revolución de la ternura de Dios iniciada con la Encarnación del Verbo. En los años ochenta, el Padre Jorge -como le gustaba ser llamado- gestó esa original expresión contemplando la imagen de La Piedad.9 En sus mensajes navideños, cuando era arzobispo de Buenos Aires, Bergoglio afirmaba, contemplando la imagen del Niño Jesús, que Dios es ternura. Con Juan XXIII, Francisco simboliza “la Iglesia de la Caridad”,10 que se hace dulzura en la caricia, el abrazo y el beso. El actual sucesor de Pedro proclama el tiempo de la misericordia de Dios que se aproxima a tocar y curar las distitnas heridas de la carne doliente de la humanidad (EG 3, 44). 2. San Juan XXIII -il Papa buono- y Francisco respondieron a la voz del Señor que dice: “estuve preso y me visitaron” (Mt 25,36). En la Navidad de 1958 Juan XXIII visitó la cárcel Regina coeli; el Jueves Santo de 2013 Francisco lavó los pies a menores encarcelados. El 11 de octubre de 1962, al inaugurar el Concilio, Juan XXIII invitó a emplear la medicina de la misericordia y dejar la vara de la severidad; en el Ángelus del 17 de marzo de 2013 Francisco dijo que Dios es misericordia y nunca se cansa de perdonar, pero nosotros nos cansamos de pedirle perdón. En el Radiomensaje del 11 de septiembre de 1962, Juan XXIII afirmó que la Iglesia debía ser, en los pueblos subdesarrollados, “la Iglesia de todos, pero sobre todo la Iglesia de los pobres”; ante los periodistas, el 20 de marzo de 2013, Francisco compartió su deseo de “una Iglesia pobre y para los pobres”. 3. En Francisco se poder ver un icono porque vive nuestro estilo pastoral latinoamericano en la cercanía al pueblo, la calidez del trato, la sencillez de la predicación. Expresa la gramática de la simplicidad en su vida y su ministerio, lo que lleva a mucha gente a decir: “es el Papa, pero es uno de nosotros, uno como nosotros”. Toma a niños en sus brazos, besa a enfermos, saluda a todos, bendice a cada uno y cada una. Es un signo de la trasmisión de la fe mediante una cultura afectiva, simbólica, gestual y festiva, como es el estilo latinoamericano y caribeño. Siempre expresó su pertenencia eclesial, espiritual, afectiva y cultural a América Latina, su “amado continente” (EG 124). 4. La pastoral latinoamericana tiene un estilo mariano. “Nuestros pueblos… encuentran la ternura y el amor de Dios en el rostro de María” (A 265). Desde 1531, en la colina del Tepeyac, el rostro moreno de la Virgen de Guadalupe lleva a su pueblo en la pupila de sus ojos y lo cobija en el hueco de su manto (EG 286). Las peregrinaciones a los santuarios son gestos espirituales que expresan el amor teologal y la comunión de los santos. El peregrino parte movido por la fe, camina animado 9 Cf. J. BERGOGLIO, Reflexiones espirituales sobre la vida apostólica (1987), Bilbao, Mensajero, 2013, 245. 10 Cf. G. LAFONT, L´Égllse en travail de réforme. Imaginer l’Église catholique II, Paris, Cerf, 2011, 145-168.
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por la esperanza y, al llegar contempla con amor. “La mirada del peregrino se deposita sobre una imagen que simboliza la ternura y la cercanía de Dios. El amor se detiene, contempla el misterio, lo disfruta en silencio… Un breve instante condensa una viva experiencia espiritual” (A 260). 5. La región latinoamericana y caribeña es la más urbanizada del mundo. Ocho de cada diez personas vivimos en zonas urbanas; la mayoría en barrios suburbanos. Nuestra Iglesia, desde 1965, ha buscado una nueva pastoral urbana (A 509-519). En mi libro Dios vive en la ciudad muestro que Bergoglio fue el primer arzobispo de Buenos Aires formado en nuestra cultura urbana.11 En 1936, cuando nació este hijo de inmigrantes italianos, Buenos Aires tenía más de 2.400.000 habitantes (880.000 extranjeros y 1.600.000 nativos). Es el primer Papa nacido en una gran polis o aldea global del siglo XX. Piensa las tensiones entre la globalización y la urbanización, y anima a contemplar la presencia del Dios en las culturas urbanas y entre tantos “sobrantes” urbanos (EG 71-75).12 6. En la Argentina, el actual Papa se formó como un pastor misionero y un pastoralista lúcido. Cuando fue rector del Colegio Máximo de la Compañía de Jesús (1979-1985), fundó y fue el primer párroco de la parroquia Patriarca San José en San Miguel, en el Gran Buenos Aires, donde animó una evangelización capilar en los barrios. En ese tiempo enseñó Teología pastoral y comentó la exhortación Evangelii nuntiandi de Pablo VI en la Facultad de Teología de los jesuitas argentinos, así como San Juan XXIII enseñó Historia de la Iglesia en Bérgamo y Roma. Ambas disciplinas integran la única ciencia teológica, que no puede ser reducida a una reflexión meramente especulativa sino que incluye también la ciencia práctica (ST I,1, 4).

II. LA NOVEDAD PERMANENTE DEL EVANGELIO La. Evangelii gaudium expresa el gozo que de recibir y dar la Buena Nueva de Jesucristo (EG 21).

4. La novedad única del Evangelio de Jesucristo 1. Jesucristo es el Evangelio de Dios (Mc 1,1; Rm 1,3). La Iglesia debe transparentar la novedad siempre nueva del Evangelio sine glossa, “el corazón del mensaje de Jesucristo” (EG 34), “el contenido esencial del Evangelio” (EG 265), el kerigma de amor trinitario, pascual y salvífico.13 2. Francisco destaca la absoluta Novedad de Jesucristo (EG 11), el Hombre Nuevo (Col 3,11) que hace nuevas todas las cosas (Ap 21,5). Francisco señala la novedad del Evangelio: * “Cristo es el «Evangelio eterno» (Ap 14,6), y es «el mismo ayer y hoy y para siempre» (Hb 13,8), pero su riqueza y su hermosura son inagotables. Él es siempre joven y fuente constante de novedad. La Iglesia no deja de asombrarse por «la profundidad de la riqueza, de la sabiduría y del conocimiento de Dios» (Rm 11,33)” (EG 11). * “La verdadera novedad es la que Dios mismo misteriosamente quiere producir, la que Él inspira, la que Él provoca, la que Él orienta y acompaña de mil maneras. En toda la vida de la Iglesia debe manifestarse siempre que la iniciativa es de Dios, que «Él nos amó primero» (1 Jn 4,19) y que «es Dios quien hace crecer» (1 Co 3,7)” (EG 12). 3. En su última entrevista, el Papa Benedicto XVI reconoce el nuevo clima de alegría, frescura y renovación traído por el Papa Francisco. “Tras el tiempo de pontificado que lleva el papa Francis 11 Cf. C. M. GALLI, Dios vive en la ciudad. Hacia una nueva pastoral urbana a la luz de Aparecida y del proyecto misionero de Francisco, Buenos Aires, Ágape, 3ª edición corregida y aumentada, 2014, 328. 12 Cf. C. M. GALLI, “El Pueblo de Dios en las culturas urbanas a la luz de Evangelii gaudium”, en: CONSEJO EPISCOPAL LATINOAMERICANO, Evangelización en las culturas urbanas, Bogotá, CELAM, 2015, 105-142. 13 Cf. FRANCISCO, “El Evangelio hay que tomarlo sin calmantes. Conversación con los superiores generales”, La Civitá Cattolica (Iberoamericana) 1/1 (2017) 14-25.
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co, ¿está Usted contento? Sí. En la Iglesia se respira una nueva frescura, una nueva alegría, un nuevo carisma que llega a las personas; todo eso es algo hermoso”.14 4. La Iglesia discipular y misionera está llamada a una evangelización kerigmática. “El kerygma es trinitario. Es el fuego del Espíritu que se dona en forma de lenguas y nos hace creer en Jesucristo, que con su muerte y resurrección nos revela y nos comunica la misericordia infinita del Padre” (EG 164). El kerigma es el amor misericordioso y salvador de Dios-Amor por su Hijo y en el Espíritu. 5. El cristocentrismo trinitario sigue las huellas de Pablo VI (EN 26), Juan Pablo II (DCG 99-100) y Benedicto XVI (DCE 1). Francisco dice: “donde está tu síntesis, allí está tu corazón” (EG 143). El corazón de la fe se sintetiza en dos textos bíblicos. El primero, de san Juan, anuncia: Dios es Amor (1 Jn 4,8). El segundo, de san Pablo, enseña: lo más importante es el amor (1 Co 13,13). 6. Francisco cree y profesa que el Espíritu Santo realiza en la Iglesia una armonía de las diferencias a partir de la novedad del Evangelio. El don del Espíritu dona la armonía porque Él es el vínculo de amor en la Trinidad y el nexo de la comunión en la Iglesia (EG 40, 117, 130-131, 220, 242, 254). “Él construye la comunión y la armonía del Pueblo de Dios. El mismo Espíritu Santo es la armonía, así como es el vínculo de amor entre el Padre y el Hijo” (EG 117). ¿Trasmite nuestra misión la novedad y la frescura del kerigma trinitario, cristocéntrico y salvífico? ¿Vivimos la armonía del Espíritu de comunión que realiza la unidad en la diversidad?

5. La novedad actual de la Misericordia de Dios 1. El sucesor de Pedro proclama el tiempo de la misericordia de Dios. Dios, “rico en misericordia” (Ex 34, 6; Ef 2,4) se refleja en el rostro de Cristo muerto y resucitado. Desde su juventud Bergoglio experimenta la misericordia divina. Cuando lo nombraron obispo eligió como lema la frase miserando atque eligendo. La Iglesia comunica el amor de Dios reflejado en el rostro de Cristo.15 “Primerear: sepan disculpar este neologismo. La comunidad evangelizadora experimenta que el Señor tomó la iniciativa, la ha primereado en el amor (cf. 1 Jn 4,10) y, por eso, ella sabe adelantarse, tomar la iniciativa sin miedo, salir al encuentro, buscar a los lejanos y llegar a los cruces de los caminos para invitar a los excluidos. Vive un deseo inagotable de brindar misericordia, fruto de haber experimentado la infinita misericordia del Padre…” (EG 24). 2. Con sus valores y límites, Francisco comparte carismas de sus inmediatos predecesores: el espíritu profético de Juan XXIII; el discernimiento prudente de Pablo VI; la fresca sonrisa de Juan Pablo I; el ardor misionero de Juan Pablo II; la serena reflexividad de Benedicto XVI. En su momento, cada Papa ha reflejado, con su fisonomía, la tierna humanidad de nuestro Dios. Así, la dulce bondad en Roncalli; la cordialidad paciente en Montini – Papa megalócardos, como lo llamó el patriarca Atenágoras en 1965-; la espiritualidad y la liturgia del Dios “rico en misericordia” -Dives in misericordia- en Wojtyla, la primacía del amor en Ratzinger porque Dios es Amor-Deus caritas est. 3. La Misericordia es el principio hermenéutico del pontificado de Francisco. Como enseña en la Bula Misericordiae vultus, ella es la viga maestra que sostiene la vida y la misión de la Iglesia.16 El 8 de diciembre de 2015, Francisco abrió la Puerta del Jubileo de la Misericordia en el Cincuentenario del Concilio Vaticano II. Llamó al Concilio “la gran puerta” que la Iglesia abrió para realizar un encuentro con los hombres de nuestro tiempo “y llevar la alegría del Evangelio y la misericordia 14 BENEDICTO XVI, Últimas conversaciones (con P. Seewald), Bilbao, Mensajero, 2016, 65. 15 Cf. C. GALLI, “El amor y la alegría en Evangelii gaudium”, en: SOCIEDAD ARGENTINA DE TEOLOGÍA, La caridad y la alegría: paradigmas del Evangelio, Buenos Aires, Agape, 2015, 65-103. 16 W. KASPER, La misericordia, Santander, Sal Terrae, 2012; Testimone della misericordia, Milano, Garzanti, 2015.
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y el perdón de Dios”. Ese día resumió el Evangelio, interpretó el Concilio y llamó al Jubileo en la clave de la misericordia samaritana: “Que al cruzar hoy la Puerta Santa nos comprometamos a hacer nuestra la misericordia del buen samaritano”.17 4. Francisco no se cansa de predicar la misericordia del Dios que nos ama y perdona. Recuerda que Pablo VI, en las notas para su testamento -conocidas como “Meditación ante la muerte”- expuso que su vida espiritual podía resumirse con una frase de San Agustín: “Miseria y misericordia; miseria mía y misericordia de Dios”. En la documentación del proceso de beatificación leyó que un secretario dijo que Pablo VI, comentando ese axioma, confesaba que para él era un gran misterio ver que, siendo mísero, viviera ante la misericordia de Dios.18 En la Carta Misericordia et misera presenta este programa e instituye la Jornada mundial de los pobres para que “renueve el rostro de la Iglesia en su acción perenne de conversión pastoral, para ser testimonio de la misericordia”. 5. “La suma de la religión cristiana consiste en la misericordia en cuanto a las obras exteriores” (ST II-II, 30, ad 2um). Una fuente de la teología de la misericordia de Francisco en es la Summa Theologiae de Santo Tomás de Aquino (EG 37).19 Esta inspiración tomista es un rasgo de la teología argentina que busca vincular la tradición clásica con la reflexión contemporánea. Inspirada en las palabras de Jesús sobre el juicio final (Mt 25,31-46) la religión cristiana fomenta una cultura de la misericordia. Ésta es la forma histórica del amor porque en la historia sufrimos muchas miserias. La cruz revela que el amor de Dios es más fuerte que el pecado, la muerte, el mal. Jesús alivia con ternura las heridas de nuestra humanidad y nos llama a tocar la carne sufriente de los otros. El Papa “quiere que toquemos la miseria humana, que toquemos la carne sufriente de los demás” (EG 270). 6. La exhortación Amoris laetitia es el fruto de un amplio proceso sinodal y un acto del magisterio pontificio que asume proposiciones de los padres sinodales. Expresa el Evangelio del amor. Canta el himno a la caridad y piensa los problemas de la pastoral familiar. Al Papa le interesa motivar a las nuevas generaciones para que vivan el amor fiel y fecundo en el matrimonio y la familia. En el capítulo VIII, Francisco enseña “la lógica de la misericordia pastoral” (AL 307-312) para acompañar, discernir e integrar la fragilidad de muchas personas que sufren difíciles situaciones familiares. Se trata de la “lógica del Evangelio” (AL 297), “la lógica de la compasión” (AL 308), “la lógica de la integración” (AL 299) que debe animar una pastoral sería, integradora y creativa. 7. La misericordia de nuestro Dios nos llega a través de la ternura maternal de la Iglesia. A Francisco le gustan las imágenes femeninas de la Iglesia. Con los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola habla de “nuestra sancta Madre Iglesia hierarchica” (EE 353, 363). Resalta la maternidad pastoral de todo el Pueblo de Dios. Para él, la Iglesia es una madre de corazón abierto y una casa de puertas abiertas para que los que están en el hogar salgan al encuentro de todos los demás (EG 46). Él prefiere una Iglesia itinerante y “callejera” (EG 106), aunque pueda accidentarse, que una Iglesia miedosa, quieta y encerrada, que puede enfermarse (EG 49). ¿Vivimos la Iglesia en América la dimensión misericordiosa de la maternidad de la Iglesia? ¿Queremos que la misericordia sea el eje de nuestra espiritualidad, teología, pastoral y catequesis?

6. La perenne novedad de anunciar el Evangelio 1. En Evangelii gaudium, Francisco asume la enseñanza de Pablo VI sobre la evangelización. Lo nombra cinco veces y pone veintinueve citas de sus documentos, quince de Evangelii nuntiandi. En 17 Cf. FRANCISCO, “Como el buen samaritano”, L’Osservatore romano, 11/12/2015, 7. 18 Cf. FRANCISCO, El nombre de Dios es misericordia, (a cura di A. Tornielli), Barcelona, Planeta, 2016, 27, 55. 19 En la exhortación Evangelii gaudium la Suma Teológica está citada diecisiete veces: hay 3 menciones en el texto (EG 37, 43, 171) y 14 citas en las notas (35, 40, 44, 47, 48, 93, 105, 117, 133, 166, 191).
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2014, en la asamblea de Roma, dijo que esa exhortación “es el mejor documento pastoral del postconcilio, que no ha sido superado… es una cantera de inspiración, una cantera de recursos para la pastoral… el testamento pastoral del gran Pablo VI… que sea siempre un punto de referencia”.20 2. La búsqueda de una nueva evangelización surgió de la visión conciliar de la Iglesia, se convirtió en el tema de fondo del proceso postconciliar y tiene su carta magna en la exhortación Evangelii nuntiandi (TMA 21), “la interpretación del magisterio conciliar sobre lo que es tarea esencial de la Iglesia”.21 Ella tuvo una gran repercusión y fue una fuente inspiradora en la Iglesia latinoamericana,22 de un modo especial en la teología pastoral de la Argentina.23. Bergoglio ha aprendido mucho de Montini, en especial de la Ecclesiam suam (1964) y de la Evangelii nuntiandi (1975). 3. Francisco quiere una Iglesia centrada en la misión, evangelizada y evangelizadora (EN 15). Su eclesiología pastoral sigue a Pablo VI: “la Iglesia existe para evangelizar” (EN 14). Propone “la transformación misionera de la Iglesia” (EG 19-51). “Una Iglesia en salida” (EG 20-24) se centra en Cristo por la conversión y en el ser humano mediante la misión. El cristiano, discípulomisionero de Jesucristo, a través de la conversión misionera se descentra de sí al centrarse en Cristo, quien lo convoca a seguirlo como discípulo y lo envía a las periferias como misionero. Mirando a san Pedro Fabro, el Papa jesuita dijo: “sólo si se está centrado en Dios es posible ir hacia las periferias del mundo”.24 El proyecto del Papa quiere centrarnos en anunciar el Evangelio.25 4. La Evangelii gaudium tiene un sentido programático que señala el rumbo. El proyecto de Francisco se puede resumir en tres frases motivadoras: la salida misionera es el paradigma de toda la Iglesia (EG 15); espero que todas las comunidades procuren poner los medios necesarios para avanzar en el camino de la conversión pastoral y misionera, que no puede dejar las cosas como están (EG 25); sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo (EG 27). 5. La teología de Aparecida ha formulado la misión como la comunicación de la Vida plena en Cristo (A 386). La misión es una dimensión de la vida cristiana y de la comunión eclesial porque el discipulado es por sí misionero. “Discipulado y misión son como las dos caras de una misma medalla: cuando el discípulo está enamorado de Cristo no puede dejar de anunciar al mundo que sólo Él nos salva (Hch 4,12)” (A 146). Francisco retoma esa propuesta y la expresa en una consigna sintética de contenido eclesiológico y pastoral: “todos somos discípulos misioneros” (EG 120). ¿Está nuestra pastoral ordinaria atravesada por el paradigma del anuncio misionero?

7. La alegría de evangelizar, corazón místico de la nueva etapa 1. Una clave de este pontificado es la alegría evangélica y evangelizadora. En su discurso a la Congregación general de los jesuitas, el Papa dijo: “En las dos Exhortaciones Apostólicas – Evangelii gaudium y Amoris laetitia -, y en la Encíclica Laudato si’, he querido insistir en la alegría”.26 2. La Iglesia contemporánea vive un tiempo de la alegría, paralelo al tiempo de la misericordia. El inicio simbólico de esta gracia fue la proclamación del discurso inaugural de Juan XXIII en el Concilio, titulado Gaudet Mater Ecclesiae La Carta Magna de la alegría y la esperanza es la 20 FRANCISCO, “Con la puerta abierta… una madre tierna y acogedora”, L’Osservatore romano, 20/6/2014, 3. 21 JUAN PABLO II; V. MESSORI, Cruzando el umbral de la esperanza, Barcelona, Plaza Janés, 1994, 126. 22 Cf. C. M. GALLI, “Pablo VI y la evangelización de América Latina. Hacia la nueva evangelización”, en: ISTITUTO PAOLO VI, Pablo VI y América Latina. Brescia, Pubblicazioni dell’Istituto Paolo VI 24, 2002, 161-197. 23 Cf. A. GRANDE, Aportes argentinos a la teología pastoral y a la nueva evangelización, Buenos Aires, Ágape, 2011, 67-137 y 917-954. 24 FRANCISCO, “La compañía de los inquietos”, L’Osservatore romano, 10/1/2014, 2. 25 Cf. V. FERNÁNDEZ; P. RODARI, Il progetto di Francesco, Bologna, EMI, 2014, 29-41, esp. 31. 26 Cf. FRANCISCO, «Libres y obedientes», L’Osservatore Romano, 28/10/2016, 7.
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Constitución pastoral Gaudium et spes del Concilio Vaticano II en 1965; su eco espiritual se encuentra en la exhortación Gaudete in Domino de Pablo VI en 1975, y, a través del reiterado llamado a la alegría de la fe de los papas siguentes, llega hasta la Evangelii gaudium de 2013. 3. Como hizo Pablo VI, Francisco presenta una espiritualidad evangelizadora (EG 259-283) para ayudar a superar las tentaciones que afectan a los agentes pastorales (EG 79-106). El corazón de la nueva etapa pastoral es la alegría de evangelizar frente a la tristeza individualista que cierra el corazón y produce cristianos “cuya opción parece ser la de una Cuaresma sin Pascua” (EG 6). 4. Desde 1975 Bergoglio ha repetido el llamado de Pablo VI a la dulce alegría de evangelizar.27 “Conservemos la dulce y confortadora alegría de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas. Sea ésta la mayor alegría de nuestras vidas entregadas… (que el mundo actual) pueda así recibir la Buena Nueva no a través de evangelizadores tristes y desalentados, impacientes o ansiosos, sino a través de ministros del Evangelio, cuya vida irradia el fervor de quienes han recibido en sí mismos, la alegría de Cristo y aceptan consagrar su vida a la tarea de anunciar el reino de Dios e implantar la Iglesia en el mundo” (EN 80). 5. Aparecida insiste en la alegría del encuentro con Jesús y de la comunicación de su Evangelio. Los discípulos misioneros tienen la vocación de comunicar el don del encuentro con Cristo por “un desborde de alegría y gratitud” (A 14). “La alegría del discípulo no es un sentimiento de bienestar egoísta sino una certeza que brota de la fe, que serena el corazón y capacita para anunciar la Buena Noticia del amor de Dios” (A 29). Como perito en Aparecida puedo dar testimonio de que Bergoglio quiso citar el párrafo de Evangelii nuntiandi 80 en la Conclusión del Documento (A 552). En 2013 Bergoglio expresó esta mística de la alegría en su intervención en una congregación cardenalicia previa al Cónclave. El texto, conocido el 27 de marzo de 2013, consigna que tres veces citó la frase de Pablo VI: la dulce y confortadora alegría de evangelizar. Se puede decir que ella encuentra un eco en su corazón de jesuita que agradece las consolaciones del Señor, vincula e gozo a la consolación y asume la misión de consolar a su pueblo y servirlo en la alegría. 6. El Evangelio es alegría. El Papa alienta la alegría evangelizadora (EG 83), “que nada ni nadie nos podrá quitar” (EG 84). “La alegría evangelizadora siempre brilla sobre el trasfondo de la memoria agradecida: es una gracia que necesitamos pedir” (EG 13). La gratitud cordial por el pasado se vuelve entrega gratuita en el presente. Es una alegría misionera marcada por la dinámica del don. “La alegría del Evangelio que llena la vida de la comunidad de los discípulos es una alegría misionera… Esa alegría es signo de que el Evangelio ha sido anunciado y está dando fruto. Siempre tiene la dinámica del éxodo y el don, del salir de sí, del caminar y sembrar siempre de nuevo, siempre más allá.” (EG 21). ¿Vive y contagia nuestra Iglesia el don de la alegría de encuentro con Cristo? ¿Cultivamos los pastores, los agentes pastorales, los catequistas, la dulce y confortadora alegría de evangelizar?

III. LA NOVEDAD DEL PUEBLO DE DIOS EN CONVERSIÓN MISIONERA El Papa Francisco asume grandes líneas de la eclesiología sistemática y pastoral centrada en la noción bíblica y conciliar “Pueblo de Dios” (LG 9-17). Esta noción, presente 184 veces en el Concilio, fue desarrollada en el capítulo II de la Constitución Lumen gentium, titulado: Del Pueblo de Dios. Bergoglio siempre presentó a la Iglesia como el santo Pueblo fiel de Dios (EG 95, 130). “La imagen de la Iglesia que más me gusta es la del santo Pueblo fiel de Dios. Es la definición que uso más y está tomada del número 12 de la Lumen gentium. La pertenencia a un pueblo tiene un fuerte valor teológico. Dios, en la historia de la salvación, ha salvado un pueblo. No existe una identidad plena sin 27 Cf. J. BERGOGLIO, “La dulce y confortadora alegría de predicar”, en: El verdadero poder es el servicio, Buenos Aires, Claretiana, 2013 (2ª.), 302-315; En Él sólo la esperanza, Madrid, BAC, 2013, 77-84.
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pertenencia a un pueblo. El pueblo es sujeto. La Iglesia es el Pueblo de Dios caminando en la historia, con alegrías y dolores”.28

8. La novedad en la eclesiología: El Pueblo de Dios peregrino y evangelizador 1. Francisco comparte, profundiza y universaliza algunas ideas de lo que se ha llamado la teología argentina del pueblo.29 Yo prefiero hablar de la teología argentina del Pueblo de Dios, los pueblos y la pastoral popular porque nuestra tradición ha desarrollado dos sentidos análogos y conexos del concepto “pueblo”, uno a nivel eclesial y otro en el plano civil, con una desemejanza tan fuerte como su semejanza. Esta línea de pensamiento incluye una eclesiología del Pueblo de Dios, una teología de la sociedad, la cultura y la historia, , también una teología pastoral que considera la misión de la Iglesia a los pueblos y une la piedad popular con la opción por los pobres.30 Sus grandes exponentes fueron los argentinos Lucio Gera (1924-2012), 31 y Rafael Tello (1917-2002), hoy estudiados en relación a Francisco.32 Su representante actual es Juan Carlos Scannone. Hoy, la gran novedad del pontificado de Francisco, incluye la pequeña novedad de un primer conocimiento de nuestra incipiente teología, que incluye “una eclesiología del Pueblo de Dios en concreto”.33 2. En 2015 la Facultad Teología de Buenos Aires cumplió 100 años.34 En 1965, ella fue pionera en comentar la Lumen gentium.35 Entonces mostró la unidad de sus dos primeros capítulos a partir de las categorías Misterio y Pueblo. El “misterio de la santa Iglesia” (LG 5) se realiza en la historia en la forma de “un Pueblo” (LG 9). Ese binomio constituye la arquitectura sistemática de Lumen gentium. En 1989, en una ponencia que tuve en el Equipo Teológico-Pastoral del CELAM en Belo Horizonte, mostré la original recepción argentina del concepto Pueblo de Dios.36 Además, nuestra teología comprendió el mundo -del que habla la Gaudium et spes- a través de las realidades del pueblo y la cultura. Pensó al pueblo como una comunidad histórica, cultural y política en constante gestación. Comprendió la relación entre la Iglesia y el Mundo como la presencia encarnada o inculturada de la fe del Pueblo de Dios en las culturas de los pueblos. 3. Con Francisco se está dando un doble retorno del Pueblo de Dios. Por un lado, el pueblo cristiano ha irrumpido de un modo nuevo en la escena, como se ve en la Plaza de San Pedro y en los viajes apostólicos de Papa. Esta “legitimidad desde abajo”, a partir del afecto y el apoyo del pueblo creyente -y de tantas personas de otras religiones y de buena voluntad- se suma a la “legitimidad desde arriba” dada por la obra del Espíritu en su elección y su ministerio. En segundo lugar, con él reaparece la teología del Pueblo de Dios, recuperando el lugar central que le dio el Vaticano II y se 28 A. SPADARO, “Intervista a Papa Francisco”, La Civiltá Cattolica 3918 (2013) 459. 29 Cf. J. C. SCANNONE, La teología del pueblo, Santander, Sal Terrae, 2016, 15-93, 181-274. 30 Cf. C. M. GALLI, “El ‘retorno’ del ‘Pueblo de Dios’. Un concepto – símbolo de la eclesiología del Concilio a Francisco”, en: V. R. AZCUY; J. C. CAAMAÑO; C. M. GALLI, La Eclesiología del Concilio Vaticano II. Memoria, Reforma y Profecía, Buenos Aires, Agape – Facultad de Teología, 2015, 405-471. 31 Cf. C. M. GALLI, “Lucio Gera, buen pastor y maestro de teología”, en: L. GERA, Meditaciones sacerdotales, V. AZCUY; J. CAAMAÑO; C. M. GALLI (eds.), Agape, Buenos Aires, 2015, 15-43. 32 Cf. A. FIGUEROA DECK, Francis, Bishop of Rome, New York, Paulist Press, 2016, 36-59; R. LUCIANI, El Papa Francisco y la teología del pueblo, Madrid, PPC, 2016, 21-88; E. CUDA, Para leer a Francisco, Teología, ética y política, Buenos Aires, Manantial, 2016, 67-158. 33 Cf. W. KASPER, Papa Francesco. La rivoluzione della tenerezza e dell’amore, Brescia, Queriniana, 2015, 57-69. 34 Cf. C. M. GALLI, “La recepción del Concilio Vaticano II en nuestra incipiente tradición teológica argentina (19622005)”, en: J. CAAMAÑO; G. DURÁN; F. ORTEGA; F. TAVELLI, 100 años de la Facultad de Teología. Memoria, presente, futuro, Buenos Aires, Fundación Teología y Cultura – Agape, 2015, 2015, 341-387. 35 Cf. R. FERRARA; L. GERA ET ALII, “Lumen gentium. Comentario de la Constitución conciliar sobre la Iglesia”, Teología 7 (1965) 127-153 y 8 (1966) 3-105. 36 Cf. C. M. GALLI, “La Iglesia como Pueblo de Dios”, en: CELAM, Eclesiología. Bogotá, CELAM 117, 1990, 91-152.
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desdibujó desde 1985 en documentos del magisterio pontificio, y en otros documentos, incluyendo en parte al de Aparecida, donde primó la noción comunión. Hubo unas excepciones, como este texto de Aparecida sobre el Pueblo de Dios sujeto de la comunión misionera. “En el Pueblo de Dios, ‘la comunión y la misión están profundamente unidas entre sí… La comunión es misionera y la misión es para la comunión’ (ChL 32). En las iglesias particulares, todos los miembros del Pueblo de Dios, según sus vocaciones específicas, estamos convocados a la santidad en la comunión y la misión” (A 163). 4. En esta línea algunos desarrollamos una eclesiología integradora. La Iglesia es la comunión del Pueblo de Dios en la historia o el misterio del Pueblo peregrino de Dios en comunión. Las nociones comunión o sacramento son empleadas en sentido predicativo o atributivo. La Iglesia es una comunión, pero no decimos que la comunión es la Iglesia, porque aquel es un concepto análogo que se predica de distintos sujetos, como la Trinidad, la Eucaristía, la Iglesia, la familia. En cambio, el título Pueblo de Dios señala el sujeto y es un concepto subjetivo. El Pueblo de Dios es misterio o sacramento de comunión. Él es el sujeto social e histórico del misterio y, en cuanto tal, “permanece insustituible”.37 El Pueblo de Dios se refiere al “nosotros” de la Iglesia. 5. Los dos sentidos del término pueblo están en la Evangelii gaudium. El capítulo III habla de la Iglesia como el Pueblo de Dios peregrino en la historia y encarnado en las culturas (EG 115). Ese Pueblo “es un misterio que hunde sus raíces en la Trinidad, pero tiene su concreción histórica en un pueblo peregrino y evangelizador, lo cual siempre trasciende toda necesaria expresión institucional” (EG 111). La Iglesia es el misterio de comunión del Pueblo de Dios. En el capítulo IV enseña que construir un pueblo requiere cultivar el sentido de pertenencia por “una cultura del encuentro en una plural armonía” (EG 220). En la entrevista que dio en 2016 para introducir la edición italiana de todos sus discursos y homilías dados cuando era arzobispo de Buenos Aires (1998-2013), el Papa ha vuelto a señalar ambos significados distintos y complementarios.38 6. Para Francisco “este Pueblo de Dios se encarna en los pueblos de la tierra, cada uno de los cuales tiene su cultura propia” (EG 115). La sección “un pueblo con muchos rostros” (EG 115-118) desarrolla la imagen del rostro en sentido eclesial. Citando a Juan Pablo II, afirma: “En los distintos pueblos, que experimentan el don de Dios según su propia cultura, la Iglesia expresa su genuina catolicidad y muestra ‘la belleza de este rostro pluriforme’” (EG 116; NMI 40). Este rostro pluriforme del Pueblo de Dios expresa la interculturalidad del cristianismo actual. En este horizonte se inscriben varios temas eclesiológicos. Entre ellos, apenas nombro la misión de todo el Pueblo de Dios; la inculturación como proceso diversificado de encarnación histórica de la Iglesia en las culturas; la piedad o mística católica popular como expresión cultural de la fe; el sensus fidei fidelium como sabiduría del pueblo cristiano. Aquí sóo señalo el primer aspecto. 7. El Pueblo de Dios es el sujeto comunitario de la misión evangelizadora en la historia. El capítulo III de Evangelii gaudium afirma: Todo el Pueblo de Dios anuncia el Evangelio (EG 111-134). Me gusta decir que lo que es de todo el Pueblo de Dios corresponde a todos en el Pueblo de Dios. Él es el gran sujeto evangelizador comunitario (EG 111, 120) y cada cristiano está llamado a ser, en la comunión viva y concreta de la Iglesia, un protagonista activo de la misión (EG 121). Por eso, esta convocatoria no se dirige sólo a los agentes pastorales organizados, sino a los fieles cristianos sencillos: “todos estamos llamados a crecer como evangelizadores” (EG 121). Francisco recrea la convocatoria de Aparecida: “todos somos discípulos misioneros” (EG 119-121). 37 Cf. H. POTTMEYER, “Dal sinodo del 1985 al grande Giubileo dell’anno 2000”, en: R. FISICHELLA (ed.), Il Concilio Vaticano II. Recezione e attualità alla luce del Giubileo, Torino, San Paolo, 2000, 11-25, 22. 38 Cf. JORGE MARIO BERGOGLIO – PAPA FRANCESCO, Nei tuoi occhi é la mia Parola. Omelie e discorsi dii Buenos Aires. 1999-2013, con una conversazione con A. SPADARO, Milano, Rizzoli, 2016, V – XLVIII, esp. XV-XVI.
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¿La teología de comunión del Pueblo de Dios en misión marca a las iglesias locales y comunidades cristianas? ¿Motivamos a todos los bautizados y bautizadas a ser activos discípulos misioneros?

9. Un nuevo paradigma: la conversión pastoral y misionera de la Iglesia 1. La V Conferencia episcopal de Aparecida es un jalón decisivo en nuestra caminada latinoamericana, en continuidad con las conferencias de Río de Janeiro, Medellín, Puebla y Santo Domingo (A 9, 16). Expresa el acontecimiento religioso, eclesial y evangelizador celebrado en el santuario mariano del Brasil (A 1-3, 547). El tema fue Discípulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en Él tengan vida, con el lema: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida (Jn 14,6). 2. La sinodalidad de la Iglesia latinoamericana dio otro paso en Aparecida.39 En 2013, ante el CELAM reunido en Río de Janeiro, Francisco señaló cuatro características originales.40 a) La Conferencia no comenzó con un instrumentum laboris sino que recogió en un Documento de síntesis los aportes de los episcopados y partió de las preocupaciones de los pastores. b) Se desarrolló en un ambiente de oración junto con el pueblo católico brasileño, cuyos cantos y oraciones brindaron la “música de fondo” a nuestros trabajos en el subsuelo del santuario. c) Para colaborar a un nuevo Pentecostés, la Conferencia no se limitó a dar un Documento, sino que tomó el compromiso de poner a la Iglesia en un estado permanente de Misión. d) Fue la primera Conferencia celebrada en un santuario mariano, bajo la protección maternal de la Virgen Negra (A 1) y donde los peregrinos “nos edificaron y evangelizaron” (A 3). 3. A dos semanas de Aparecida ensayé una lectura de su novedad.41 Diez años después noto que su trascendencia histórica creció con el ministerio de Francisco. En agosto de 2007 presentamos, junto al cardenal Bergoglio, el Documento de Aparecida a la prensa. Conociendo la historia pastoral latinoamericana, dije que el proyecto misionero de Aparecida, si se miraba el futuro mediato y se actualizaba constantemente, comprometería buena parte del siglo XXI. Una década después, el pontificado de Francisco ratifica la vigencia de la novedad de Aparecida hacia el futuro. Pero él no desea exportar un modelo latinoamericano ni caer en otro centralismo pastoral. Por el contrario, desea que cada iglesia asuma la misión de forma inculturada en su tiempo y lugar (EG 27, 30, 117). 4. Aparecida invoca al Espíritu Santo para que suscite en nuestra Iglesia latinoamericana un nuevo Pentecostés para animar una evangelización esencialmente misionera (A 13) y permanente (A 551). Un nuevo Pentecostés reclama “una actitud de permanente conversión pastoral” (A 366) para una firme decisión misionera (A 367) de las comunidades y estructuras eclesiales (A 368). “Esta firme decisión misionera debe impregnar todas las estructuras eclesiales y todos los planes pastorales de diócesis, parroquias, comunidades religiosas, movimientos y cualquier institución de la Iglesia. Ninguna comunidad debe excusarse de entrar decididamente, con todas sus fuerzas, en procesos constantes de renovación misionera, y de abandonar las estructuras caducas que ya no favorezcan la transmisión de la fe” (A 365). La conversión pastoral se funda en que la Iglesia peregrina es esencialmente misionera. Toda la tercera sección de Aparecida, y en particular el capítulo sobre la misión, comienza con el número 347, que cita el decreto Ad gentes: Ecclesia peregrinans natura sua missionaria est (AG 2). 5. De Puebla a Aparecida la Iglesia latinoamericana ahondó en su noción de la evangelización. “Hoy, toda la Iglesia en América Latina y El Caribe quiere ponerse en estado de misión” (A 213, 39 Cf. C. M. GALLI “Synodalität in der Kirche Lateinamerikas”, Theologische Quartalscrift 196/1 (2016) 75-99. 40 Cf. FRANCISCO, “Encuentro con el Comité de Coordinación del CELAM”, en: La revolución de la ternura. XXVIII Jornada Mundial de la Juventud Río 2013, Buenos Aires, PPC Cono Sur, 2013, 59. 41 Cf. C. GALLI, “Aparecida, ¿un nuevo Pentecostés en América Latina y el Caribe?”, Criterio 2328 (2007) 362-371.
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551). El término misión tiene un sentido móvil y movilizador. Actualiza el envío de Jesús: “vayan… y evangelicen” (Mc 16,15). Una pastoral misionera expresa una Iglesia en salida y se opone a una pastoral conservadora que se contenta con mantener lo ya existente (A 18, 25). 6. Francisco invita a “la reforma de la Iglesia en salida misionera” (EG 17). Emplea la frase “conversión misionera” (EG 30), que sintetiza y recrea la propuesta de Aparecida sobre la conversión pastoral y la renovación misionera (A 365-372). Asume la letra y el espíritu de la V Conferencia. Llama a reformar las estructuras eclesiales “para que se vuelvan más misioneras” (EG 27). Esta conversión debe realizarse en las iglesias particulares y sus planes pastorales (EG 30-31). Incluye la conversión del Papado y las estructuras centrales de la Iglesia (EG 32). Toda reforma se define por su meta u objetivo. En este caso, la conversión o reforma del Espíritu para ser una Iglesia más misionera. La Ecclesia semper reformanda es Ecclesia in statu conversionis e in statu missionis. 7. Francisco recuerda: “el Concilio Vaticano II presentó la conversión eclesial como la apertura a una permanente reforma de sí por fidelidad a Jesucristo” (EG 26; UR 6). La reforma de la Iglesia propende su renovación espiritual y estructural desde la raíz evangélica para que sea más fiel a Cristo y a la misión de evangelizar. En una entrevista dada en 2014 el Papa agregó: “Para mí, la gran revolución es ir a la raíces, reconocerlas y ver lo que esas raíces tienen que decir al día de hoy”.42 Aquí se nota el doble sentido que se da a la reforma eclesial marcada por el Concilio: ressourcement por la vuelta a las fuentes y aggiornamento por la puesta al día.43 ¿Creemos que la Iglesia se renueva o reforma por el Espíritu que impulsa la conversión misionera? ¿La Iglesia en la Argentina y en nuestros países está en un movimiento de misión permanente?

10. La novedad de continuar la reforma conciliar desde las periferias 1. El Concilio Vaticano II presentó la figura histórica del Pueblo de Dios peregrino y misionero en el mundo (LG 9, 17) y animó la reforma de la Iglesia por la obra del Espíritu (LG 4, UR 4). En la historia los creyentes caminan en comunión (syn-hodos) hacia la plenitud escatológica (LG 48, GS 45). El empeño conciliar por renovar la Iglesia (LG 8) expresó la voluntad de corresponder al don de Dios, crecer en fidelidad al Evangelio y avanzar en la unidad entre los cristianos. Por eso el Concilio se refirió a la reforma en el decreto sobre el ecumenismo (UR 4). Allí afirmó que “la Iglesia peregrina en este mundo es llamada por Cristo a esta perenne reforma de sí misma, de la cual ella, en cuanto institución humana y terrena, tiene continua necesidad” (UR 6). 2. En Laudato si’ Francisco afirma que dirigió la Evangelii gaudium “a los miembros de la Iglesia en orden a movilizar un proceso de reforma misionera todavía pendiente” (LS 3). Su proyecto de reforma nace de la fuente del Evangelio y quiere completar las reformas del Vaticano II. Con él la recepción del Concilio y la reforma de la Iglesia –no sólo de la Curia romana- ingresaron en una nueva fase. Al Papa le interesa la continuidad de la reforma conciliar. Este pontificado puede ser visto como un desarrollo original y una nueva etapa del acontecimiento conciliar “Tal es, creo, el cuadro general en el cual hay que situar el acontecimiento Francisco, que es, en sí mismo, un desarrollo del acontecimiento del Concilio Vaticano II: el pasaje a una inteligencia y una práctica renovadas del Evangelio”.44 3. Para el Papa el Vaticano II hizo una relectura del Evangelio y generó una dinámica irreversible. “El Vaticano II supuso una relectura del Evangelio a la luz de la cultura contemporánea. Produjo un movimiento de renovación que viene sencillamente del mismo Evangelio. Los frutos son enormes. Basta recordar la liturgia. El trabajo de reforma litúrgica hizo un servicio al pueblo, releyendo el Evangelio a partir de una situación histórica concreta. Sí,
42 H. CYMERMAN, “Entrevista al Papa Francisco”, L’Osservatore romano 20/6/2014, 6. 43 Cf. CH. THEOBALD, La réception du concile Vatican II. I. Accéder a la source, Paris, Cerf, 2009, 697-699. 44 G. LAFONT, Petit essai sur le temps du pape Francois, Paris, Cerf, 2017, 26.
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hay líneas de hermenéutica de continuidad y de discontinuidad, pero una cosa es clara: la dinámica de lectura del Evangelio actualizada para hoy, propia del Concilio, es absolutamente irreversible”.45 4. En 2015, en el V Congreso de la Iglesia italiana en Florencia, Francisco explicó que “la reforma de la Iglesia – y la Iglesia es semper reformanda – es ajena al pelagianismo. Ella no se agota en el enésimo proyecto para cambiar las estructuras. Significa en cambio injertarse y radicarse en Cristo, dejándose conducir por el Espíritu. Entonces todo será posible con ingenio y creatividad” 46 Puso el acento en la obra renovadora del Espíritu Santo. Estamos en el comienzo de una nueva reflexión histórica, teológica, canónica, ecuménica, espiritual y pastoral sobre la reforma de la Iglesia y las reformas en la Iglesia desde el Evangelio, en la Tradición, y según el Concilio Vaticano II.47 5. En el saludo navideño a la Curia de 2016, el Papa desarrolló doce criterios-guía para la reforma de ese organismo que ayudan a pensar todas las reformas comunitarias e institucionales.48 Ellos son: la individualidad o conversión personal; la pastoralidad o conversión pastoral; la misionariedad o cristocentrismo evangelizador; la distribución racional o racionalización de tareas; una mayor funcionalidad; la modernización o actualización en sintonía con los signos de los tiempos; la sobriedad y agilización; la subsidiaridad con autonomía y coordinación; la sinodalidad en todo nivel; la catolicidad intercultural; la profesionalidad con formación permanente; la gradualidad para el discernimiento o la flexibilidad necesaria para lograr una verdadera reforma. 6. La consigna semper reformanda -siempre en proceso de reforma- expresa la necesidad de la renovación en cada momento histórico. Implica dar un paso hacia adelante en el camino de la conversión personal, comunitaria y estructural hacia la santidad o plena comunión con Cristo. Hace años afirmó Bergoglio: “En la historia de la Iglesia católica los verdaderos renovadores son los santos. Ellos son los verdaderos reformadores, los que cambian, transforman, llevan adelante y resucitan el camino espiritual”.49 Como Papa le corresponde avanzar en la reforma. Benedicto XVI le reconoce ese carisma y dice que es “el hombre de la reforma práctica”. 50 7. El pontificado de Francisco confirma lo expresado por el dominico Yves Congar en 1950: muchas reformas provienen de las periferias. Varios movimientos de reforma estuvieron inspirados por un retorno a la pobreza evangélica y generaron un compromiso en favor de los pobres.51 “Las iniciativas vienen sobre todo de la periferia. Con razón se ha dicho que la historia progresa desde las márgenes. Las márgenes están más cerca de la periferia que el centro… Pero si la mayoría de las iniciativas provienen de la periferia, si las reformas no tienen pueden lograrse sino se apoyan sobre amplias corrientes apostólicas, unas y otras solo pueden realizar una reforma de la Iglesia, una reforma en la Iglesia, y no una ruptura, si son asumidas por la Iglesia, incoporadas en su unidad: eso se hace, concretamente, mdeiante la declaración y la aprobación de las autoridades, la consagración conferida al profetismo por la apostolicidad… En nuestra obediencia al Espíritu se halla inserta una especie de tensión, es decir, una relación entre dos polos igualmente necesarios. Y esta obediencia solo es plenamente verdadera si alcanza estos dos polos y llena el espacio que los separa. Los dos polos son la iniciativa periférica y su consagración por el centro…” 52
45 A. SPADARO, “Intervista a Papa Francisco”, La Civiltá Cattolica 3918 (2013) 467. 46 FRANCISCO, “Sueño con una Iglesia inquieta”, L’Osservatore Romano, 13/11/2015, 9. 47 Cf. C. M. GALLI, “La reforma misionera de la Iglesia según el Papa Francisco”, en: A. SPADARO; C. M. GALLI, La reforma y las reformas en la Iglesia, Santander, Sal Terrae, 2016, 51-77. 48 Cf. FRANCISCO, “La lógica de la reforma. Discurso a la Curia romana”, L’Osservatore romano 30/12/2016, 6-9; M. SEMERARO, “La reforma di Papa Francesco”, Il Regno Attualità 14 (2016) 433-441. 49 J. BERGOGLIO; A. SKORKA, Sobre el cielo y la tierra, Buenos Aires, Sudamericana, 2013, 214. 50 BENEDICTO XVI, Últimas conversaciones, 238. 51 Cf. V. PAGLIA, Storia della povertá., Milano, Rizzoli, 2014, 7-31, 222-238, 258-304, 351-419, 551-567. 52 Y. CONGAR, Verdadera y falsa reforma en la Iglesia, Salamanca, Sígueme, 2014 (1950), 233, 234, 237, 240.
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8. Francisco promueve una reforma de la Iglesia y la sociedad desde las periferias de la pobreza. Para nosotros, la opción por los pobres “marca la fisonomía de la Iglesia latinoamericana y caribeña” (A 391). Ella es el vínculo profundo que hay entre todas las corrientes de nuestra teología simbolizadas en las palabras pueblo, liberación y cultura. Una carta del argentino Lucio Gera al peruano Gustavo Gutiérrez, por sus ochenta años, muestra ese rasgo de la teología latinoamericana. “He experimentado una afinidad contigo en el hecho de que tu reflexión teológica ha surgido de la experiencia y práctica pastoral, y se ha orientado hacia ella… Te debemos el agradecimiento por haber introducido y mantenido en la reflexión teológica y en la pastoral de la Iglesia la afirmación de la prioridad de los pobres”.53 ¿Asumimos la reforma eclesial desde nuestras periferias como la conversión misionera -personal, comunitaria, estructural, pastoral- de todo el Pueblo de Dios y todos en el Pueblo de Dios,?

11. La pirámide invertida: la novedad de una Iglesia más sinodal 1. En 2015, en el Discurso en la Conmemoración del 50 Aniversario de la institución del Sínodo de los Obispos, Francisco se refirió a la sinodalidad como una “dimensión constitutiva de la Iglesia”.54 Ser sinodales significa caminar juntos y reunirse para discernir el camino a seguir bajo el impulso del Espíritu y la guía de los pastores. Las asambleas eclesiales son momentos privilegiados de comunión para descubrir el paso de Dios auscultando los nuevos signos de los tiempos. La reunión de Jerusalén (Hch 15,4-29) se expresó con esta fórmula: “El Espíritu Santo, y nosotros mismos, hemos decidido…” (Hch 15,28). En ella participaron, diversamente, “los apóstoles, los ancianos y la Iglesia entera” (Hch 15,22). Ella es el paradigma del discernimiento espiritual, comunitario y apostólico en la Iglesia. La sinodalidad muestra la comunión dinámica del Pueblo de Dios. El Papa jesuita, en la escuela del discernimiento, invita a discernir juntos la voluntad de Dios. 2. El discurso de Francisco no sólo supera la tradicional imagen piramidal de la Iglesia, sino que propone una Iglesia sinodal empleando la sugestiva imagen de una pirámide invertida. “La sinodalidad, como dimensión constitutiva de la Iglesia, nos ofrece el marco interpretativo más adecuado para comprender el mismo ministerio jerárquico… Jesús ha constituido la Iglesia poniendo en su cumbre al Colegio apostólico, en el que el apóstol Pedro es la «roca» (cf. Mt 16,18), aquel que debe «confirmar» a los hermanos en la fe (Lc 22,32). Pero en esta Iglesia, como en una pirámide invertida, la cima se encuentra por debajo de la base. Por eso, quienes ejercen la autoridad se llaman «ministros»: porque, según el significado originario de la palabra, son los más pequeños de todos. Cada Obispo, sirviendo al Pueblo de Dios, llega a ser para la porción de la grey que le ha sido encomendada un vicarius Christi (LG 27), un vicario de Jesús, quien en la Última Cena se inclinó para lavar los pies de los apóstoles (Jn 13,1-15). En un horizonte semejante, el Sucesor de Pedro es el servus servorum Dei”. 55 3. Para el Papa, una Iglesia sinodal implica renovar las instituciones que canalizan las actitudes de escucha recíproca, diálogo, iniciativa, recepción, intercambio, cooperación y participación. La sinodalidad ayuda a comprender y vivir el ministerio jerárquico –colegial y primacial- conforme con la eclesiología conciliar, como un servicio de amor al Pueblo de Dios (LG 18). La sinodalidad procura integrar las voces del Pueblo de Dios, el Colegio Episcopal y el Sucesor de Pedro. 4. La doctrina del sensus fidei de todo el Pueblo de Dios (LG 12a), expresa el carácter de sujeto activo de todos los bautizados en el Espíritu de Cristo y el servicio sacramental del ministerio apostólico. La sinodalidad puede articular los dones del pueblo cristiano, el episcopado y el 53 L. GERA, “Carta a Gustavo Gutiérrez”, en PRADO; HUGHES, 548. 54 FRANCISCO, “Discurso en la Conmemoración del 50 Aniversario de la institución del Sínodo de los Obispos” (17/10/2015), L’Osservatore romano 23/10/2015, 9. 55 FRANCISCO, Discurso en la Conmemoración del 50 Aniversario, 9.
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primado según la lógica conciliar.56 Esa eclesiología facilita la circularidad virtuosa entre la profecía de todos los bautizados (todos), la función de discernimiento de los obispos (algunos) y el ejercicio de la autoridad primacial del Papa (uno) en el servicio a la Iglesia de Cristo. 5. El sentido de fe -sensus fidei- del pueblo cristiano es como un «olfato» que ayuda a encontrar nuevos caminos. El sentido de la fe se expresa de diversas formas en la piedad católica popular y en la práctica de la consulta a los fieles.57 Los laicos, por su participación en la función profética de Cristo, aportan al discernimiento sinodal, en especial en cuestiones de su competencia (GS 44). El reconocimiento de su condición de sujeto eclesial dispone a escucharlos y aprender de ellos. La vida sinodal y las estructuras sinodaes pueden ayudar a articular la participación de todos y la autoridad de algunos en las iglesias locales y la Iglesia entera para anunciar el Evangelio. 6. La participación sinodal se expresa el axioma “lo que afecta a todos y a cada uno debe ser aprobado por todos” (quod autem omnes uti singulos tangit ab omnibus approbari debet). Este criterio estabece una regla de participación, consulta y acuerdo. En este axioma, “la tradición unía a la estructura jerárquica de la Iglesia un régimen concreto de asociación y de consentimiento”, y consideraba esa práctica participativa y consultiva como “una tradición apostólica”.58 7. La reforma del Pueblo de Dios en la cabeza y en los miembros incluye un conjunto de reformas en las actitudes y las instituciones. Requiere la conversión de los pastores para formar un clero no clerical. El Papa delinea la figura pastoral del obispo y el presbítero y, en ese contexto, la nueva formación sacerdotal. Esta iniciativa plantea la reforma del clero existente y la formación de un nuevo clero según el perfil del buen pastor que va delante, al lado y detrás de su pueblo (EG 31).59 ¿Asumimos el desafío de una renovada sinodalidad como la forma dinámica de la comunión eclesial? ¿Están dispuestas nuestras iglesias y comunidades parroquiales a caminar y discernir juntas? ¿Promovemos una espiritualidad de conversión y renovación en todos los estados eclesiales?

IV. LAS NOVEDADES EN LA DIMENSIÓN SOCIAL DEL EVANGELIO Desde el corazón del Evangelio del amor misericordioso, Francisco expone la doctrina social de la Iglesia como una profecía acerca de la justicia, la paz y el cuidado de la casa común.60 En este marco agrego el servicio mediador de la Iglesia en un continente de migrantes y migraciones.

12. Una Iglesia pobre y para los pobres por la justicia 1. Al visitar la parroquia Santos Zacarías e Isabel en una periferia de su nueva diócesis, Francisco afirmó que la realidad se comprende mejor desde las periferias.61 Bergoglio acompañó la vida pastoral en los barrios de Buenos Aires.62 El Papa mira la situación mundial desde los pueblos pobres y los pobres de los pueblos. Las periferias no son sólo lugares privilegiados de misión sino también horizontes hermenéuticos que ayudan a conocer la realidad. Mirando desde las periferias,
56 Cf. D. VITALI, Verso la sinodalitá, Torino, Qiqajón, 2014, 131-148. 57 Cf. COMISIÓN TEOLÓGICA INTERNACIONAL, El ‘sensus fidei’ en la vida de la Iglesia, Madrid, BAC, 2014, ns. 107112 y 120-126. 58 CTI, El ‘sensus fidei’ en la vida de la Iglesia”, n. 122. 59 Cf. D. FARES, El olor del pastor. El ministerio pastoral en la visión de Francisco, Santander, Sal Terrae, 2015. 60 Cf. C. M. GALLI, “El magisterio social del Papa Francisco”, L’Osservatore romano, 11-12/3/2017, Edición especial en lengua española, Edición para Argentina. IV año de pontificado, 12-14 y 26. 61 Cf. J. C. SCANNONE, “‘La realtà si capisce meglio guardandola non dal centro, ma dalle periferie’”, en: FRANCESCO, Evangelii Gaudium. Testo integrale e Commento de “La Civiltà Cattolica”, Milano, Ancora, 2014, 183-196. 62 Cf. M. DE VEDIA, Francisco, El Papa del pueblo, Buenos Aires, Planeta, 2013, 129-149.
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denuncia la desigualdad estructural que lleva a tantas personas a vivir precariamente (EG 52) y asume la causa de los excluidos por la cultura del descarte (EG 53, 195). En Bolivia llamó a buscar un modelo alternativo de desarrollo, justicia y paz.63 La misericordia es una fuerza capaz de cambiar los procesos históricos y lleva a una nueva geo-política desde las periferias.64 2. El capítulo segundo de Evangelii gaudium analiza desafíos sociales (EG 50-75) y su correlato, el cuarto, piensa la dimensión social del kerigma acerca del Reino de Dios (EG 180-181), El Papa dice que muchas cuestiones deben ser profundizadas por todos porque él no tiene el monopolio en la interpretación de la realidad (EG 16, 51, 184). Con palabras de Pablo VI al Cardenal M. Roy en 1971 (OA 4), pide a las comunidades cristianas discernir desde el Evangelio los nuevos desafíos (EG 108). Ejerce un magisterio en movimiento centrado en el Evangelio y la evangelización, con un tono kerigmático, a partir de la jerarquía que hay en las verdades y las virtudes.65 3. Francisco cuestiona la confianza puesta en el sistema económico imperante mientras los excluidos esperan y hay tantas vidas sin posibilidades (EG 54). Como hace en otros textos, denuncia la nueva idolatría del dinero, una figura de la Madonna de la iniquidad (Mt 6,24; Lc 16,13) y su “profunda crisis antropológica” (EG 55).66 Dice: “¡El dinero debe servir y no gobernar!” (EG 58). Señala que las estructuras injustas tienen un potencial mortífero (EG 59). 4. El capítulo IV recoge otro aporte original de la Iglesia latinoamericana desarrollado desde el documento “Pobreza de la Iglesia” de Medellín al capítulo 8 de Aparecida sobre “El Reino de Dios y promoción de la dignidad humana” (A 380-430). Nuestra Iglesia, ha pensado y actuado la integración de la promoción humana, el desarrollo integral y la liberación histórica en el mensaje del Evangelio y el proceso evangelizador. La sección “repercusiones comunitarias y sociales del kerigma” (EG 177-185) presenta la índole social del Reino de Dios. Enfatiza que la misión incluye “la íntima conexión que existe entre evangelización y promoción humana, que necesariamente debe expresarse y desarrollarse en toda acción evangelizadora” (EG 178). 5. El Papa considera los temas de la inclusión (EG 186-216) y la paz (EG 217-258). La Evangelii gaudium, en línea con Aparecida (A 391-398), presenta la fe en Cristo pobre y el lugar privilegiado de los pobres en el corazón de Dios: “De nuestra fe en Cristo hecho pobre y siempre cercano a los pobres y excluidos, brota la preocupación por el desarrollo integral de los más abandonados de la sociedad” (EG 186). La sección “los pobres en el corazón de Dios y de la Iglesia” (EG 186-216) contiene la mejor exposición del magisterio pontificio sobre Cristo, la Iglesia y los pobres. La afirmación principal, con Benedicto XVI y Aparecida, dice: “El corazón de Dios tiene un sitio preferencial para los pobres, tanto que hasta Él mismo ‘se hizo pobre’ (2 Co 8,9)” (EG 197).67 6. Con estos fundamentos teologales y cristológicos, el Obispo de Roma reafirma su sueño: “Quiero una Iglesia pobre para los pobres. Ellos tienen mucho que enseñarnos. Además de participar del sensus fidei, en sus propios dolores conocen al Cristo sufriente. Es necesario que todos nos dejemos evangelizar por ellos. La nueva evangelización es una invitación a reconocer la fuerza salvífica de sus vidas y ponerlos en el centro del camino de la Iglesia. Estamos llamados a descubrir a Cristo en ellos, prestarles nues
63 Cf. FRANCISCO, “Discurso del Papa en el segundo encuentro mundial de los movimientos populares”, en: Francisco en América Latina. ¿A qué nos convoca?, Buenos Aires, Patria Grande, 2016, 89-105. 64 Cf. A. SPADARO, “La diplomazia di Francesco. La misericordia como processo politico”, La Civiltá Cattolica 3975 (2016) 209-226; M. LARRAQUY, Código Francisco, Buenos Aires, Sudamericana, 2016, 13-131. 65 Cf. S. DIANICH, Magistero in movimento. Il caso papa Francesco, Bologna, EDB, 2016, 15-33. 66 Cf. FRANCESCO, “Prefazione”, en: G. MÜLLER, Povera per i poveri, Vaticano, LEV, 2014, 5-12. 67 Cf. C. M. GALLI, “Los pobres en el corazón de Dios y del Pueblo de Dios. Del ‘Pacto de las Catacumbas’ a la Evangelii gaudium de Francisco”, en: X. PIKAZA; J. ANTUNES, El Pacto de las Catacumbas y la misión de los pobres en la Iglesia, Estella, Verbo divino, 2015, 259-296.
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tra voz en sus causas, pero también a ser sus amigos, escucharlos, interpretarlos y recoger la misteriosa sabiduría que Dios quiere comunicarnos por ellos” (EG 198). 7. La opción por los pobres es “una categoría teológica” (EG 198), que “debe traducirse principalmente en una atención religiosa privilegiada y prioritaria” (EG 200). Porque muchos cristianos sencillos y postergados son pobres en este mundo, pero ricos para Dios en la fe (cf. St 2,5). ¿Qué significa ser una Iglesia pobre y para los pobres en países marcados por enormes desigualdades sociales? ¿Están los más pobres en el corazón del camino de nuestras comunidades?

13. Una Iglesia que sirve a la cultura del encuentro y la paz 1. El capítulo IV de Evangelii gaudium desarrolla cuestiones relativas a la justicia y la paz a nivel nacional e internacional. Se dedica al diálogo por la paz y expone cuatro principios que guían una cultura del encuentro para asumir y superar las tensiones sociales (EG 217-237).68 E Papa presenta su pensamiento, corroborado por su experiencia argentina, sobre el diálogo ecuménico e interreligioso forjado en la amistad con personas de iglesias cristianas, del Judaísmo, del Islam, de otras religiones y con seres humanos de buena voluntad que buscan la verdad, el bien y la belleza (EG 244-258). También fomenta el diálogo político y el diálogo interdisciplinario (EG 238-243). 2. En este marco se ubican todos sus gestos ecuménicos, en particular con las iglesias ortodoxas, y sus encuentros con el Patriarca Bartolomé de Constantinopla. Su viaje a Tierra Santa conmemoró el medio de siglo de la visita de Pablo VI a la tierra de Jesús en 1965, que incluyó la reunión con el Patriarca Atenágoras. Aquí se inscriben sus audaces iniciativas interreligiosas por la paz, como la Jornada de oración y ayuno por Siria, el viaje a Medio Oriente, la Oración en el Vaticano con las autoridades del Estado de Israel y la Autoridad Palestina.69 También su viaje a Suecia en 2016 y las intervenciones en este quinto centenario de la Reforma iniciada por Martín Lutero. 3. Su teología de la sociedad y de la historia se centra llama a constituir los pueblos mediante “una cultura del encuentro en una plural armonía” (EG 220). El actual obispo de Roma profundiza una antropología política inspirada en el humanismo cristiano, que ya expuso en 2010 en su discurso Nosotros como ciudadanos, nosotros como pueblo, en la Jornada de Pastoral Social de Buenos Aires en el inicio de nuestro Bicentenario patrio.70 Sostiene que hay que pasar de ser habitantes pasivos a ciudadanos responsables que cumplen derechos y deberes, y cultivar el sentido de la pertenencia a un pueblo que comparte un destino histórico común.71 4. Francisco desarrolla brevemente cuatro principios que ayudan a desarrollar una cultura del encuentro: el tiempo es superior al espacio; la unidad prevalece sobre el conflicto; la realidad es más importante que la idea; el todo es superior a la parte. Ellos orientan a armonizar las diferencias para forjar proyectos comunes y contribuir a la paz en cada nación y en el mundo entero. También son criterios útiles de discernimiento histórico para interpretar los signos de los tiempos. 5. El segundo de los principios afirma: La unidad prevalece sobre el conflicto (EG 226-230). El conflicto es una realidad que hay que asumir, resolver y transformar en un eslabón de un nuevo proceso orientado a “desarrollar una comunión en las diferencias” (EG 228). La unidad del Espíritu armoniza todas las diversidades, incluso la dispersión dialéctica que afecta la interioridad personal
68 Cf. J. C. SCANNONE, “Cuatro principios para la construcción de un pueblo según el Papa Francisco”, Stromata 71/1 (2015) 13-27. 69 Cf. FRANCISCO, “La voluntad de caminar juntos”, L’Osservatore romano, 30/5/2014, 2. 70 Cf. J. M. BERGOGLIO, Nosotros como ciudadanos, nosotros como pueblo, Buenos Aires, Claretiana, 2013. 71 Cf. D. FARES, “La antropologia politica di Papa Francesco”, La Civiltá Cattolica 3928 (2014) 345-360; Papa Francesco é come un bambú. Alle radice della cultura dell’incontro, Roma, Ancora, 2014.
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y la convivencia social. Aquí se nota el influjo del jesuita argentino Ismael Quiles SI, quien pensó la unidad de la persona (EG 229, n. 183), y del pensador ítalo-alemán Romano Guardini, cuya filosofía ayuda a discernir la plenitud humana lograda en una época (EG 224, n. 182). Laudato si’ cita a Guardini al analizar el paradigma tecnocrático globalizado (LS 101-136).72 6. Bergoglio piensa caminos de superación de las oposiciones manteniendo diferencias y asumiendo tensiones. Actualiza la teoría de Guardini acerca de la unidad superior que integra opuestos en tensión. En su obra juvenil La oposición polar -Der Gegensatz- aquel analizó el ritmo dialéctico que atraviesa la vida humana,73 y, en su obra sobre la Iglesia, lo empleó para pensar la relación entre la persona y la comunidad. Llamaba oposición al vínculo entre dos realidades que se rechazan y se ligan mutuamente y no pueden ser absorbidas una por la otra. Por eso Francisco proclama “la unidad es superior al conflicto” (EG 228) y “el todo es superior a la parte” (EG 235). 7. El cuarto principio, el todo es superior a la parte (EG 234-237), analiza la tensión entre la globalización y la localización. Los dos polos impiden caer en los extremos del universalismo abstracto y el localismo estrecho (EG 234). El camino de una síntesis superadora no se refleja en la figura de “la esfera global que anula ni la parcialidad aislada que esteriliza” (EG 235). Para Francisco, el poliedro es la figura que representa la cultura del encuentro. El poliedro es la unión de las parcialidades que, en la unidad, guardan sus originalidades (EG 236). Al buscar en lo universal unir las particularidades y, a la vez, conservar lo peculiar, se construyen puentes para superar abismos y derribar muros. Hay que actuar en lo pequeño con una mirada amplia. ¿Qué compromisos deben fortalecer nuestras iglesias para servir mejor a la cultura del encuentro y de la paz en medio de la violencia y el temor que hay en nuestros pueblos, ciudades y países?

14. Una Iglesia que anima a cuidar la casa común para todos 1. La encíclica Laudato si’ se dirige a cada persona que vive en este planeta para “entrar en diálogo con todos acerca del cuidado de nuestra casa común” (LS 3).74 Brinda un nuevo aporte a la doctrina social de la Iglesia, madurado en el corazón de Bergoglio. En la Conferencia de Aparecida, él y otros tomamos una mayor conciencia de la crisis ecológica al conocer el impacto continental y global de la depredación que sufre el Amazonas. Los obispos brasileños nos ayudaron a descubrirlo. Por eso el documento incluyó la sección “Biodiversidad, ecología, Amazonia y Antártida” (A 8387). Algunas de sus afirmaciones son recogidas por esta encíclica socio-ambiental. 2. Laudato si’ implica una teología de la creación, la naturaleza y la sociedad en un vivo intercambio entre la fe cristiana y las ciencias de la materia, la vida y la sociedad. Francisco se inspira en san Francisco de Asís y actualiza su preocupación por el débil y lo débil. Muestra la interrelación entre la inclusión, la paz y la ecología. Es como una nueva Rerum novarum porque plantea las cosas nuevas de la sociedad en el marco civilizatorio del siglo XXI y, es como una nueva Populorum progressio por la prioridad dada a los más pobres a escala internacional. 3. El Papa resalta la correlación correlación entre el clamor de los pobres y el grito de la tierra (LS 2) y entre el cuidado del ambiente natural o ecología ambiental, y el cuidado de los seres humanos, en especial de los más frágiles, o ecología social (LS 16). No son dos problemas separados sino dos
72 Cf. R. GUARDINI, El fin de los tiempos modernos, Buenos Aires, Sur, 1973; El poder, Madrid, Guadarrama, 1963. 73 Cf. R. GUARDINI, Der Gegensatz. Versuche zu einer Philosophie des Lebendig-Konkreten (1925), Nachwort von H. GERL, Mainz, Grünewald, 1985, 169-174. Recomiendo leer el prefacio a la traducción italiana, escrito por Diego Fares, cf. L’opposizione polare, Milano, La Civiltá Cattolica – Corriere della sera, 2014, V-XI. 74 Cf. A. SPADARO (a cura di), Laudato si’, Lettera enciclica sulla cura della casa comune. Testo integrale e commento de ‘La Civiltá Cattolica’, Roma, Ancora, 2015.
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dimensiones de una única crisis socio-ambiental. Noto -y me hacen notar- que en algunos países e iglesias se recoge sólo el factor ambiental o “mensaje verde”, y no el fuerte contenido social. 4. Aquí se manifiesta el potencial semántico del título del documento: “el cuidado de nuestra casa común”. Eco-logía y eco-nomía provienen del término griego oikos, que designa tanto el edificio de la casa como la familia que la habita. Familia y casa constituyen el hogar, que se amplía al pueblo y la ciudad, a la sociedad nacional e internacional. La “casa común” incluye la humanidad y la tierra en sus múltiples interconexiones. Una ecología integral incluye aspectos personales, familiares, ambientales, económicos, sociales, políticos, culturales, urbanísticos. La ética del cuidado debe privilegiar tanto la defensa de los pobres como la protección de los ambientes. 5. El Papa señala la crisis antropológica que afecta al sentido de la vida y de la felicidad. Analiza el antropocentrismo moderno, el hedonismo postmoderno, la razón instrumental, el paradigma tecnocrático y la cultura del descarte. Reconoce los bienes aportados por la ciencia, la técnica, la innovación, la producción, el progreso y la educación, así como las medidas tendientes hacia un desarrollo justo y sustentable. Cuestiona la ambigüedad del poder basado en “un paradigma homogéneo y unidimensional” (LS 106); la idolatría del mercado y la corrupción del Estado que favorecen un consumo individualista pero no fomentan el desarrollo de bienes y servicios públicos; la cultura del descarte que desecha lo que no es un medio útil sin considerar la dignidad de los seres y desprecia la vida de la persona humana débil. Su filosofía política recrea la noción del bien común y pide diálogos multilaterales para lograr alternativas políticas y económicas locales, nacionales e internaciones que cuiden la tierra, el aire, el agua, el clima, la limpieza, la salud, la calidad de la vida y la biodiversidad como bienes de todos y para todos. 6. El capítulo VI plantea otro estilo de vida basado en la alianza entre el ser humano y el ambiente; la doctrina judeocristiana que equilibra el cultivo y el cuidado de la tierra; la conversión ecológica propuesta por Juan Pablo II; la sobriedad y la austeridad aunadas con la paz y la alegría; la amistad social como valor fundante de la convivencia justa; la cultura del trabajo y el goce del descanso, la belleza y la fiesta; la fe que descubre la presencia de la Trinidad en cada creatura y sus relaciones sobre todo en el amor interpersonal- porque Dios es como el sol: “aunque no lo veamos, siempre está”. La encíclica causa esperanza porque “las cosas pueden cambiar” (LS 13). ¿Asume nuestra catequesis el nexo íntimo entre la defensa del pobre y el cuidado de la creación?

15. Una Iglesia migrante que construye puentes solidarios 1. En la continua encíclica de sus gestos, Francisco encarna la Iglesia samaritana, misericordiosa y solidaria. Su constante solicitud por los migrantes, refugiados y desplazados responde a un nuevo signo de este tiempo y al proceso de globalización multidimensional. Una de cada siete personas en el mundo se ha desplazado de su hogar original. Al visitar Lampedusa, Ciudad Juárez y Lesbos, el Papa denuncia la globalización de la indiferencia, el tráfico de seres humanos, la muerte evitable de tantas personas. Al crear el Dicasterio para el desarrollo humano integral se ha reservado para sí la secretaría para quienes sufren la migración forzada. Como Jesús, el sucesor de Pedro expresa el amor de Dios a las víctimas. Las decisiones y gestos, con su eficacia real y simbólica, no solucionan los dramas estructurales, pero señalan la dirección de los cambios. Los cristianos reconocemos en los migrantes el rostro y la voz de Jesús: estuve de paso y me recibieron (Mt 25,35). 2. Los inmigrantes llegan a sus nuevos destinos con sus creencias y valores, recreando sus identidades en nuevos lugares. Muchos están ayudando a dinamizar la fe católica y la piedad popular en países de otros continentes, convirtiéndose en misioneros espontáneos tanto en Europa como en Asia. Ellos llevan consigo no sólo sus pobrezas, necesidades y pecados, sino también sus riquezas,
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valores y virtudes, sobre todo el don de la fe católica manifestado en su piedad popular. Ellos pueden ayudar a recrear la fe donde se ha debilitado y “ofrecer un valioso aporte misionero” (A 415).75 Donde se juntan algunos mexicanos nace la devoción a la Virgen de Guadalupe. Una Iglesia en salida misionera debe integrar a los migrantes con su identidad cultural y su piedad popular en la nueva evangelización de las ciudades del mundo global. En Philadelphia Francisco evocó la historia norteamericana, desde la llegada de los colonos, para fundamentar el respeto a la identidad cultural y la libertad religiosa de todos los ciudadanos, antiguos y nuevos.76 3. En este marco se sitúa la misericordia pastoral con los migrantes, refugiados y desplazados. Basta citar el agradecimiento y el pedido que Francisco hizo a los obispos norteamericanos. “Desde el inicio ustedes han aprendido sus idiomas, promovido sus causas, asumido sus dones, defendido sus derechos, ayudado a prosperar y mantenida viva la llama de la fe. Hasta hoy ninguna institución americana hace más por los inmigrantes que las comunidades cristianas. Ahora les toca el diluvio de inmigrantes latinos que afecta a muchas de sus diócesis. No sólo como obispo de Roma sino como un pastor desde el sur siento la necesidad de agradecer y animarles. Quizás no les sea fácil mirar el fondo de su alma; quizás su diversidad les signifique un desafío. Pero es importante saber que ellos tienen dones para compartir. Por tanto, no tengan miedo de acogerlos. Compartan con ellos el calor del amor de Cristo y entrarán en el misterio de su corazón. Estoy seguro que, al igual que muchas veces en el pasado, esta gente enriquecerá a los Estados Unidos y su Iglesia”.77 Las migraciones son un nuevo desafío para reconocer la alteridad y abrazar las diferencias. La fe lleva a mirar y amar al otro (alter) como a un hermano (frater). Por Jesús invocamos a Dios como “Padre nuestro” (Mt 6,9) y abrazamos a los otros pues “todos somos hermanos” (Mt 23,9). 4. El 5 de noviembre de 2016 Francisco habló a los participantes del tercer encuentro mundial de movimientos populares. Denunció el miedo que levanta muros que encierran, excluyen, separan, e invitó al amor que construye puentes que abren, incluyen, integran. Exclamó con fuerza: “Todos los muros caen. Todos. No nos dejemos engañar. Sigamos trabajando para construir puentes entre los pueblos, puentes que nos permitan derribar los muros de la exclusión y la explotación. Enfrentemos el Terror con Amor… Las «3-T», ese grito de ustedes que hago mío, tiene algo de esa inteligencia humilde, pero a la vez fuerte y sanadora. Un proyecto – puente de los pueblos frente al proyecto – muro del dinero. Un proyecto que apunta al desarrollo integral”.78 5. Somos miembros de la Iglesia peregrina y migrante en América. Estamos llamados a ejercer un ministerio mediador que ayude a construir puentes. Francisco les dice a los presbíteros que sean mediadores -en Jesucristo, el único Mediador- y no intermediarios. El intermediario es un funcionario que cumple su función, negocia entre las dos partes y recibe su comisión. En cambio, el mediador se ofrece para unir las partes, sufre las tensiones de ambas, desea facilitar el encuentro. La Iglesia en América presta un servicio mediador para facilitar la integración y evitar la exclusión.

Conclusión: el estilo mariano en la evangelización y la catequesis En 1992, el Quinto Centenario de la fe en América ayudó a asumir una nueva evangelización. En el año 1531, cuatro décadas después de 1492, se produjo el acontecimiento guadalupano, a través del
75 Cf. E. CUDA, “Migración y misión. Una mirada desde Aparecida”, Teología 112 (2014) 145-158. 76 Cf. FRANCISCO, From Cuba to Philadelphia. A misión of love, Vaticano, Librería Editrice Vaticana, 2015, 385-391. 77 FRANCISCO, From Cuba to Philadelphia. 317. 78 FRANCISCO, “Sembradores del cambio. Discurso en el III Encuentro mundial de los movimientos populares”, L’Osservatore romano (edición semanal en lengua castellana), 11/11/2016, 6-9, 7.
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cual “María, la gran misionera, continuadora de la misión de su Hijo y formadora de misioneros… trajo el Evangelio a nuestra América” (A 269). ¿Orientaremos nuestra mirada hacia 2031?79 María, la fe, la misión y los pobres son tesoros de la Iglesia latinoamericana y caribeña. La piedad mariana del Papa comparte el amor a la Virgen que identifica al Pueblo de Dios, en especial en América Latina.80 En México él se puso bajo la mirada de la Morenita. En su primera exhortación citó el relato Nican Mopohua (EG 286) e invitó a contemplar a Nuestra Señora de Guadalupe. La conversión misionera de nuestra vida pastoral y de nuestro servicio catequético tiene en la Virgen, Madre de Dios y del Pueblo de Dios, un modelo inculturado para una evangelización renovada. “Hay un estilo mariano en la actividad evangelizadora de la Iglesia. Porque cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño… Esta dinámica de justicia y ternura, de contemplar y caminar hacia los demás, es lo que hace de ella un modelo eclesial para la evangelización” (EG 288). María, “vida, dulzura y esperanza nuestra”. Es la Aurora de la mañana del Evangelio en el mundo y la Estrella en la noche de la evangelización de cada época histórica (EN 81; EG 287).

79 Cf. C. M. GALLI, “Orientar nuestra mirada hacia el futuro (de 2031)”, L’Osservatore romano (edición mensual argentina), 17/6/2017, 2-3. 80 Cf. A. AWI MELLO, Ella es mi mamá. Encuentros del Papa Francisco con María, Buenos Aires, Patris, 2014.

UCA Simposio Internacional de Catequética Buenos Aires – 18 de junio de 2017

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