Gerardus Van der Lew (1890-1950), doctor en teología por varias universidades holandesas y alemanas, fue uno de los más grandes investigadores del fenómeno religioso. Hombre de vasta cultura y gran inteligencia, poseyó además una excepcional sensibilidad religiosa que le permitió llegar siempre -y sin esfuerzo aparente alguno- a la visión fenomenológica correcta. Prueba de todo ello es el libro que, publicado por primera vez en 1925 como Introducción a la fenomenología de la religión, fue desbordando poco a poco los estrechos límites de un manual hasta convertirse en la gran obra. Él dice que varias partes son sólo esbozos, pues la profundidad del fenómeno es tal que el más remoto límite parece escaparse siempre, el lector no podrá menos que quedar sorprendido por la riqueza del material que se despliega en estas páginas. El fenómeno religioso es examinado bajo una luz múltiple, pues no sólo se ofrecen ejemplos tomados de las culturas más alejadas entre sí, sino que también se citan autores de las más diversas posturas y nacionalidades; con ello se da un cuadro cabal del estado actual de las investigaciones en este campo. Pero el genio analítico y sistematizador del autor va más allá y logra una síntesis original y profunda que nos lleva a comprender la religión en su inmensa riqueza como bien cultural y como llamado a la fe que se dirige a toda la humanidad.
