Un lúcido y apasionante análisis de unas décadas que han transformado nuestra forma de entender –y de relacionarnos– con el mundo.
Doce años después de Los bárbaros, donde Baricco reflexionaba sobre la mutación –que no invasión– que estaba sufriendo nuestra sociedad debido al impacto de las nuevas tecnologías, llega ahora The Game, donde el autor traza la cartografía (y la historia, a partir de lo que él denomina fósiles, desde los pioneros hasta nuestros días) de la insurrección digital. No se trata de una mera revolución tecnológica, sino del colapso de los paradigmas de la sociedad del siglo XX, considerada catastrófica por jóvenes inicialmente relacionados con movimientos contraculturales.
Por increíble que nos parezca, en poco más de tres décadas, ordenadores personales, smartphones y otros dispositivos digitales (meras herramientas, de hecho) se han hecho imprescindibles y, sobre todo, han ido cambiando la sustancia misma de nuestra concepción de la realidad y nuestra relación con ella. Y lo han hecho con una lógica que en gran parte es heredera de los videojuegos (de ahí el título de este ensayo): hacerlo todo más fácil, más agradable, aunque por debajo haya un gran despliegue tecnológico.
Pero ha sido la proliferación de programas y aplicaciones –Google, Facebook, YouTube, Twitter, Tinder: sus nombres nos resultan tan familiares que a estas alturas resulta inconcebible vivir sin ellos– lo que ha permitido el despliegue de este nuevo modo de entender el mundo en forma de redes (desde las informativas hasta las sociales) que amplían nuestra experiencia.
Evidentemente, existen también peligros innegables (el surgimiento de nuevas élites, cierto egoísmo de las masas, la expansión de los populismos o de las fake news…), aunque, advierte Baricco, estos no sean fenómenos completamente desconocidos. Sin embargo, también se percibe la importancia creciente de un nuevo desafío al que no podemos dar la espalda: la Inteligencia Artificial.
«Uno de los más exhaustivos y ambiciosos ensayos que se han publicado recientemente» (Paolo Armelli, Wired).
«Un libro que debemos leer con lápiz para subrayar, anotar, discutir» (Andrea Bocconi, Il Fatto Quotidiano).
«Al final del libro, todo cuadra y uno entiende por qué estamos donde estamos» (R. Luna, Tuttolibri).
«Sus tesis son brillantes y muy audaces, merecen una discusión abierta. De poco sirve dividirse, de nuevo, entre apocalípticos e integrados, dado que esta vez no hay vuelta atrás: aprender a jugar se convierte en una forma de responsabilidad» (Nicola Lagioia, La Repubblica).